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El Primer Viernes del Año

¡Lo logramos! Estamos por fin en el 2021. Si les soy sincera por algún momento del año pensé que este tan esperado nuevo comienzo no llegaría. Y si les soy más sincera aún, estoy sorprendida de no haber faltado ni un solo escrito en este año TAN cuesta arriba. Abrimos hoy un nuevo libro el cual promete cumplir todos nuestros sueños y añoranzas rezagadas de este pasado 2020.

Obviamente el tema de nuestras metas y sueños será tocado de cierta manera en este escrito, pero de lo que yo les quiero hablar hoy es de mi cumpleaños. ¡El martes estuve de cumpleaños!

Desde hace 18 años más o menos, mi familia y yo salimos de viaje para despedir el año viejo y recibir el nuevo. Mis papás tomaron la decisión porque era la única manera en la que podíamos desconectarnos de todo y pasar un verdadero tiempo en familia. Al salir el 26 de diciembre de viaje, mi cumpleaños quedaba en el olvido. Mis papás y mis hermanos me celebraban en algún lugar turístico y enriquecedor culturalmente, con comida deliciosa y haciendo lo que yo quisiera, pero la fiesta no era una opción. Así que la última fiesta/piñata que yo tuve fue en sexto grado. Al encontrarnos en pandemia este año, no había viaje familiar ni destinos exóticos así que el cumpleaños, por primera vez en muchísimos años, tocaba en Honduras.

Mi mamá me propuso hacerme un cumpleaños con mi familia inmediata (por temas de covid) y celebrar en grande los “ticinco” años que cumplía. Nunca había sentido o pensado que me estaba “perdiendo” de algo por no celebrar con fiestas o reuniones. Siempre me he sentido dichosa y bendecida de poder conocer lugares increíbles en mis cumpleaños, con la compañía del tesoro más grande que tengo que es mi familia. Sin embargo, yo no les puedo explicar mi emoción cuando mi mamá me propuso la celebración. Pero es que de verdad, parecía niña chiquita.

Espero que este nuevo año esté lleno de aventuras inspiradoras

Cuando los planes de la celebración empezaron si bien es cierto yo estaba totalmente feliz, pero me imaginé una cena rica y un pastel. Si pones en una balanza un cumpleaños en Machu Pichu y otro en la casa y en pandemia, pues todos sabemos hacia dónde nos inclinábamos. Siendo una fecha tan complicada el 29 de diciembre, pensé que incluso podía pasar desapercibida por muchos. ¡JAMÁS EN MIS SUEÑOS MÁS LOCOS ME IMAGINÉ EL CUMPLEAÑOS TAN SOÑADO QUE TUVE! No les puedo contar las muestras de amor que recibí: llamadas; mensajes; detalles. Las personas que amo y me aman se esforzaron para que yo tuviera un día como ningún otro.

Tuve globos, girasoles, música en vivo, pastel, comida deliciosa, regalos, pero más que nada amor. Estaba rodeada de personas que hicieron hasta lo imposible por celebrar mi día por todo lo alto. Pese a que yo no andaba por el mundo dando vueltas, el mundo vino a mi en mi cumpleaños.

Y la cuestión es que este 2020 nos dejó grandes lecciones, pero creo que la más grande es lo inesperada que puede ser la vida. Nos ha enseñado que la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Lo que menos esperábamos nos puede hacer más felices de lo que jamás imaginamos. Nos enseñó que las expectativas y los grandes y elaborados planes se pueden deshacer en un minuto. Debiendo ser felices con lo que tenemos día a día. Debemos vivir y saborear el momento.

Al soplar las velas de mi pastel desee muchas cosas, y les dejare ir una de ellas: desee jamás perder la habilidad de sorprenderme ante la vida, no lo desee solo para mi, sino para cada uno de ustedes. Deseo que en esta nueva maravillosa vuelta al sol nos desprendamos del rigor y que abracemos la adaptabilidad de un mundo que no dejará de cambiar. Que seamos felices en el proceso y que se nos note. Espero que aprendamos a dejar que las cosas se desarrollen y desplieguen de una manera natural, en lugar de expectativas y preocupaciones. La vida, al final del día, resulta de la manera que tiene que resultar y siempre es mucho mejor de lo que esperábamos.

Mis querido lectores, ayer nos despedimos y hoy empezamos uno nuevo con El Viernes de Nicole. Espero que seamos agradablemente sorprendidos en todos los aspectos de la vida, así como yo fui sorprendida en mi cumpleaños. Les propongo que sigamos soñando con lo que queremos, con lo que tenemos y con lo que no. Soñemos dormidos, despiertos, sin medidas y sin miedos. Soñemos como si nuestro sueño fuera realidad, porque la realidad se teje de sueños. ¡Feliz Viernes! 😊

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