Después de cuatro viernes enamorados, este viernes está recargado de energía, ideas, recuerdos y emociones. Cuando yo estaba niña, mi ciudad, San Pedro Sula, no tenía centros comerciales tan grandes como los que ahora tenemos. Estando como en segundo grado, el primer centro comercial se inauguró en San Pedro Sula. Muchas tiendas y boutiques abrieron. Por muchísimos años ese centro comercial fue el único que había.
En ese centro comercial había una boutique que se llamaba “Platinum”. Era muy futurista, toda de vidrio, con acabos plateados y blancos. La ropa era diferente. Siempre era colorida y fresca. Entre muchas cosas bellas, la tienda poseía una particularidad, era la ÚNICA que traía unos jeans de la marca de moda “Miss Sixty”. Ahora, si ustedes estaban en la flor de su juventud entre el 2002 y el 2003, los “Miss Sixty” eran LA MODA. Si no tenías un par, no estabas en nada. Eran unos jean requete a la cadera, acampanados, corrían chiquito y si son chaparritas como yo, pues les quedaban arrastrando. Obviamente, yo moría por los benditos “Miss Sixty”, así que mi mamá me compró un conjunto de jeans y una camisa para un Día del Amor y la Amistad. Tuve diferentes looks después de ese, pero recuerdo en específico éste, porque los jeans me quedaban socados de las caderas y de las nalgas y larguísimos del ruedo. Tan largos que un día mi Tito me preguntó que si la alcaldía municipal me había contratado para trapear con esos jeans toda la ciudad. Eran los de quitar y poner, de reír y llorar. Con el tiempo fui cambiando de gustos. La tienda se mudó a distintos lugares. Yo crecí, y ya no me parecía tan importante eso de los jeans, incluso, por una buena cantidad de tiempo dejé de usarlos. Ya más grandecita y con sueldo de escribiente, no aspiraba a otros “Miss Sixty” y el furor ya había pasado.
A mediados de enero de este año, la dueña de esta soñada tienda me escribió. Me dijo que tenía una propuesta que hacerme. Cuando llegué a la reunión convenida, la propuesta de la propietaria era que si a mi me gustaría ser la imagen para “Color Platino” (con el tiempo todo cambia, se regenera y florece). Con cara de calma por fuera, pero por dentro con el corazón a mil, con la cabeza como si fueran fuegos artificiales y la idea de “¡DIOS MÍO! SER LA IMAGEN DE LA TIENDA QUE DESDE CHIQUITA ADMIRÉ”, le conteste prudentemente, “Doña Clau, ¿qué tal si hacemos una prueba? Si las primeras fotos le gustan le damos y si no, pues lo dejamos así.” Ella me contestó que le parecía bien la idea y que hiciéramos las fotos la siguiente semana.
No les puedo explicar lo estresada que estaba. Yo puedo ser la persona más extrovertida del mundo cuando se trata de expresar mis ideas y mis pensamientos, pero ya con eso de las fotos como que todo se me contrae. El fotógrafo me decía “seria” y ponía cara de enojada. Que bajara los hombros y me encorvaba. Bueno, después de la estresante experiencia, me dije a mi misma “Mi misma esto te indica que tenes que tener más seguridad en vos misma. Tenes que tomar algún cursito para posar y relajarte. ¡Aunque no me escojan, ya aprendí que debo mejorar!”
Las fotos llegaron a la semana siguiente y no eran nada de lo que yo me imaginaba. Me veía regia, feliz, interesante, delgada y hasta alta. Convenimos otra reunión y acordamos a hacer más fotos. ¡NUNCA NI EN MIS SUEÑOS MÁS LOCOS, (y entiéndase que tengo miles) A MI SE ME HUBIERA OCURRIDO QUE ALGÚN DÍA SERÍA LA IMAGEN DE LA TIENDA QUE DESDE CHIQUITA ADMIRABA! La vida es tan hermosa que te va sorprendiendo de distintas y fabulosas maneras. Nos va enseñando, nos va preparando para cada momento, y más que nada, nos va formando. Muy lejos de poder ser la imagen física de una tienda, pienso en lo que “El Viernes de Nicole” representa aquí. Las fotos van más allá de solo moda, son alegria, colores, buscando el empoderamiento de la mujer. Más allá de vender una prenda para hacernos lucir hermosas, “Color Platino” nos brinda una experiencia y lo que hace es resaltar nuestra belleza natural con miles de opciones.
He aprendido muchísimo y me he relacionado con gente interesantísima. Les puedo decir que en estas semanas he aprendido a valorarme, a sonreír estando seria sin verme enojada, a gozar cada minuto. He aprendido que todos estamos luchando por salir adelante y que cada día se abren nuevos caminos para aquellos que tienen el valor de intentarlo. Hoy les hablo como aquella niña de 14 años que amaba sus jeans arrastrados y a la cadera, que jamás se le cruzó por la mente que tendría los requisitos para ser la imagen de una tienda. Busqué por la mañana una fotografía en la que estoy estrenando el conjunto del que les hablé, no tuve tiempo para seguirla buscando, pero prometo encontrarla. Verán que los años me han favorecido. Todo tiene un propósito de enseñarnos algo en la vida, todo es lección y todo es ganancia. Saboreemos y aprendamos de ellos. ¡Feliz Viernes! 😊
Foto: Carlos López Vestido: Color Platino Y no es la foto ni el atuendo del que les hable
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