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Impacta Vidas

Yo tengo una amiga que me revisa muy pacientemente TODOS Los Viernes de Nicole. Me los corrige con experticia sin importar en el lugar del mundo que ella esté. Ella siempre tiene tiempo para que los Viernes queden muy bien editados.

Mi amiga es una persona BIEN fuerte. Si algo no le parece, te lo hará saber. Dice las cosas como son y no anda buscando nunca una excusa. Jamás hará ni dirá algo en lo que ella no tenga convicción.

Cuando yo tengo dudas, y no solo de la escritura, acudo a ella. Ella siempre tendrá un punto de vista justo y determinante. Aunque me regañe fuertemente, jamás lo hará como crítica ni tampoco me hará sentir como cucaracha. No crean que es así solo conmigo, ella es así con todo el mundo. No anda escondiendo lo que no le parece ni aparenta ser lo que no es.

Cuando te da un consejo, así como a regañadientas, realmente siempre tiene el mejor de los intereses para todas las partes involucradas. Jamás se tocará el estómago para barajearte que no planchaste. En todos estos años de amistad, entre mi amiga y yo, jamás ha existido un desacuerdo, ni un resentimiento. Jamás me he sentido vulnerada ni ofendida por ninguna cosa que ella me pudiese decir, y créanme cuando les digo que me habla BIEN en serio.

En los últimos meses he pasado por una situación un tanto tóxica con alguien muy cercano a mi. Hemos tenido subidas y bajas, encontronazos algo fuertes y, honestamente, me he sentido como cucaracha en algunas de las discusiones. Cuando esta persona me da consejos, son en tono burlesco. Las cosas resultan difíciles y conflictivas y a veces hieren mis sentimientos.

Obviamente, le comenté a mi amiga. Como siempre, me habló fuerte y me dijo que si ella pensara que yo había actuado de mala manera, ella me lo hubiese dicho.

No bastándome la platica con mi amiga y quedándome esa incomodidad en el corazón de qué hacer, me fui donde un amigo muy sabio, un Padre. Le expliqué la situación, le dije como me sentía, le expliqué lo desafiante que podía ser estar alrededor de esa persona. Él me contesto que solo el amor podía arreglar esa situación. Que sin importar cuánto la otra persona hiciera, que yo continuara dando amor.

Sin embargo me dijo, “Nicole, pero si después de todo ésta situación continúa, vos podes mandar amor desde lejos y apartarte de tan nociva situación. Es válido alejarse. Es válido sobrevivir. No podes estar cerca de alguien que te haga sentir mal a diario.”

Cuando salí de la plática con mi amigo, una calma enorme llegó a mi corazón. Había encontrado una salida, difícil, pero era una salida.

De camino a mi casa pensaba, “Mi amiga es fuerte y me regaña, pero jamás me ha herido ni avergonzado. Jamás me ha hecho sentir como que no valgo. Por lo contrario, me corrige en amor para que sea mejor. ¿Por qué la otra persona no puede ser así? ¿Por qué su consejo es nocivo en lugar de edificante?”

Comparé dos actitudes similares con resultados completamente diferentes. Solo pude llegar a la conclusión que algunas veces nuestras actitudes pueden ser tóxicas.

Somos a veces algo egoístas, decimos las cosas hiriendo los sentimientos de otros, sin poder tan si quiera ayudarlos. Marcamos sus defectos y los criticamos. Buscamos sus debilidades y no las hacemos fortalezas. Estamos buscando siempre en qué fallan, y no para ayudarlos, si no para criticarlos. Terminamos ahuyentando a las personas que amamos. Terminamos alejando a la gente y no acudirán a nosotros por ayuda, porque lo que reciben en burla y desprecio.

Pero, ¿qué pasa si rompemos ese ciclo? ¿Qué pasa sin en lugar de herir sentimientos con nuestras opiniones groseras, corregimos con amor?

Seríamos todos como mi amiga, que es un ser humano sensacional. Las personas acudirían más a nosotros porque se irían livianos de carga, aconsejados, un poco más sabios y más felices. Haríamos un gran servicio ayudando a la gente. Seríamos mejores seres humanos y ayudaríamos a las personas que están a nuestro alrededor de mejor manera. De manera más amorosa y gentil. Levantaríamos a las personas, las empoderaríamos.

Tendríamos gente más feliz y más humana, apoyándose la una a la otra. Habrían menos penas y más confianza. Tendríamos personas más seguras de sí mismas, sabiendo que son capaces de alcanzar y bajar la luna, si ellas así lo quisieran. Si en lugar de remarcar los defectos y criticarlos, los edificáramos, ayudaríamos más a las personas.

Entonces, ¿cuál es mi conclusión de este Viernes de Nicole? ¡NO SEA TÓXICO! ¡NO SEA ODIOSO! Anime, corrija y ayude en amor. Levántele el espíritu a las personas. Ayúdeles en lo que pueda. Sea fuerte y determinante, para que a las personas alrededor suyo se les pegue lo bueno. Sea amoroso y no recalque defectos. Empodere a la gente que está a su alrededor y verá cómo se animan y se acercan más a usted.

Use su energía para crear, no para preocupar. Sus pensamientos para creer, no para dudar. Use sus emociones para atraer y no para alejar y, más importante que nada, use su vida para GOZAR y no para sufrir ni hacer sufrir.

¡Feliz Viernes! 😊

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