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Madres…

Hay tantas frases hermosas para describir a las madres. Hipérboles y magníficas metáforas para esos seres tan maravillosos que inundan nuestra vida de amor, luz, ternura y cariño. Son nuestras madres, nuestro primer “TODO” en la vida. Son las madres aquellas malabaristas expertas que saben hacer todo en perfecta armonía, logrando que todo se haga como ellas quieren.

En marco de este segundo domingo de Mayo, en donde celebramos el día de la madre Hondureña, dedico este Viernes de Nicole a todas esas mujeres que tienen el enorme privilegio y responsabilidad de ser madres.

Yo no soy madre, ni por cerca de serlo, pero he sido criada por una que, a mi criterio, ha sido muy buena. Es mi parecer que el papel de una madre nunca es fácil. Es saber encontrar ese balance perfecto entre amar, apapachar, consentir y formar, educar y disciplinar a sus hijos. Solo de pensar en la gran responsabilidad que implica eso, no les miento que me intimida un poco.

Es que cuando te viene un hijo, no te viene con manual de instrucciones. No hay un plan detallado para ser una madre exitosa. Tu vida y tus prioridades cambian. Si llevar nuestra vida por un camino de rectitud y bienestar ya supone un gran desafío y responsabilidad, no digamos la vida de otro ser humano que depende por completo de nosotros.

Hace ya algún tiempo conocí a una madre muy moderna. Ella siempre andaba impecable, su pelo, sus uñas, todo en su vida brillaba, menos sus hijos. Ella decía que ella era “amiga” de sus hijos. Que cuando ellos así lo decidieran iban a cambiar. Yo veía aquello tan, pero tan raro, porque a mi me criaron de una manera muy distinta. Yo veía que aquellos niños con facilidad se podían perder en el camino y su madre solo decía, “es que yo soy su amiga”.

Uno no puede dictar parámetros de moral ni rectitud en vidas ajenas, pero aquel desastre solo empeoró y empeoró.

A mi me criaron a punta de fajazos. Mi mamá es de esas que de un solo chancletazo o de lo que tenga a la mano te limpia el aura, te alinea los chacras y te ahorra la ida al psicólogo. Ella ha sido siempre la piedra angular de nuestra familia, podría decir que hasta mi papá se ha ido en la colada de las regañadas. Claro, ha sido una madre amorosa, siempre preocupada por nosotros, pero cuando se nos tenia o se nos tenga que “jalar el aire”, lo hará sin importarle cuántos años tengamos.

De adolescente fui medio necia, por no decir burra, todavía no puedo decir que haya perdido del todo esta tan particular característica, y a mi pobre madre le toca batallar conmigo a diario.

Una vez, un muchacho que me gustaba mucho me invitó a ir al cine. A mi mamá no le caía tan bien, así que para conseguir permiso dije que iba con mis compañeros al cine. Como a menudo sucede, mi mamá se dio cuenta antes de que entrara a la tanda del cine que yo había mentido. No ocupaba teléfono para decirme que de inmediato me quería en la casa. Yo estaba tan asustada, que le insistía al muchacho que me dejara unas cuadras antes de mi casa, porque tenía una breve idea de lo que me esperaba. Mi mamá me estaba esperando afuera del portón de la casa y ahí nomás me dio hasta por debajo de la lengua. No les sigo contando no porque ustedes se pudieran asustar, pero porque me mataría después de leer “El Viernes de Nicole” y repartirlo a todos sus contactos.

No es por comparar, ya que sé que no sé debe, pero cuando veo el primer caso de madre que les hablé y veo a mi “generala”, inevitablemente comparo los resultados, y no puedo más que dar gracias por el inmenso regalo que Dios me dio de elegirla a ella como mi mamá.

Y aquí radica el meollo de este Viernes, me he fijado que ahora esto de la teoría de ser mamá “moderna” está muy de moda. Veo a los niños que contestan de mala manera a sus padres, hacen berrinches y usualmente se salen con la suya de todo, por la misma permisibilidad que se les ha dado. Se les da de todo simplemente para no tener que lidiar con ellos y con sus berrinches. No solo porque apañemos sus sinvergüenzadas seremos “mamás relajadas” o “mamás a la moda” o mamás exitosas.

Creo que si, el deber de una madre es dar todo, lo bueno y lo no tan bueno. Dar amor y a la vez rigor. En el rigor hay amor, este mismo ayuda a que seamos personas honradas, educadas, amables y generosas. En la vida se debe de conocer ambos lados de todo, porque nunca se sabe lo que ésta nos deparará, y es el papel de nuestras madres prepararnos para lo que se pueda venir.

Es con ellas que aprendemos el camino correcto a seguir, son ellas las que nos dan parámetros para llevar un vida feliz y ordenada, entregando así a la sociedad hombres y mujeres de bien.

De verdad, espero que el día en que tenga la bendición de ser madre, pueda encontrar ese balance tan difícil, pero a la vez tan perfecto para saber criar de la mejor manera a mis hijos.

A ustedes madres hermosas y luchadoras, gracias por darnos ese amor incondicional, aun cuando no lo merecemos tanto.

¡Feliz Viernes! 😊

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