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La Delgada Línea entre el Bien y el Mal


Desde chiquitos se nos implanta una idea “clara” entre el bien y el mal. Por ejemplo, el bien es decir la verdad, el mal es mentir u omitir. Vemos pichinguitos donde, del lado izquierdo aparece el diablito que empuja a hacer una “fechoría” y al lado derecho al angelito, que llama a la consciencia y a la reflexión. Siento que de chiquitos nuestra capacidad para marcar la diferencia entre el bien y el mal es mucho más clara. A medida que vamos creciendo vamos buscando conceptos relativos entre lo que está bien o está mal, volviéndose esa línea cada vez más delgada. Vamos ajustando y justificando nuestros actuares, y mientras no dañemos a nadie más lo justificamos como bueno. Las batallas entre el bien y el mal son milenarias. Todos los días, nos demos cuenta o no, luchamos con esto.


Hace unas semanas tuve un desacuerdo en mi oficina. Estaba muy molesta por una diversidad de malentendidos que se habían llevado a cabo en mi contra. Aunque demostraba paz y un actuar racional, por dentro sentía ganas de pulverizar a las personas que dolosamente estaban tratando de perjudicarme. Al final de día, resultó de gran ayuda mantener mi calma y mi racionalidad, porque los que estaban actuando dolosamente se retorcían al verme en mi actitud de “monje tibetano”. Sin embargo, lo único que me previno de no arrancarles la cabeza fue saber que estaba mal y era castigado con cárcel (ni el procedimiento disciplinario de mi trabajo, castigado con despido, me asustaba tanto).


Por los siguientes días analicé mis pensamientos y mis sentimientos. Por muy mal que estuvieran las personas que me estaban tratando de perjudicar y desesperarme, aniquilarlos no era una opción lógica, tampoco proporcional. Y aunque el pensamiento estuvo unos días conmigo, evidentemente lo olvidé y la vida siguió.


Un buen amigo me proporcionó un video acerca del bien y el mal con el objeto de hacer un Viernes de Nicole. El video no tiene mucha gracia, pero si un gran significado. El video decía:


“Somos capaces de cosas TERRIBLES y eso es algo bueno. ¿Porque, imagina si no pudieras? Si no pudieras hacer atrocidades, ser vicioso, cruel y desconsiderado: no serías libre. Y tu decisión de hacer algo valiente, consciente o amoroso no tendría un significado real. Eres capaz de hacer las cosas más oscuras que puedan existir, para que cuando hagas algo maravilloso, REALMENTE lo sea porque tu tomaste una decisión y decidiste ser esa versión de ti mismo en que creías que valía la pena aquí en esta tierra. Tu capacidad para el mal le da significado a tu capacidad para hacer el bien”.


Y es verdad, hacer el mal siempre resulta más fácil. Y todos tenemos la capacidad para hacer las cosas más atroces, pero decidir sobre todas estas posibilidades, haciendo el bien, es lo que nos vuelve realmente personas extraordinarias. Sabiendo que tenemos todo para actuar desde nuestros más profundos y oscuros pensamientos y deseos, elegimos racionalmente actuar desde el bien, desde del amor.


Las nociones de bien y de mal son innatas en el alma humana, como diría Sócrates. Podemos decidir arrancarle la cabeza a alguien en nuestros peores momentos, pero al tomar la decisión de no hacerlo, podemos sentirnos orgullosos y ponernos una estrellita en la frente ya que triunfamos como seres humanos maravillosos.


¡Feliz Viernes! 😊




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