top of page

SIENTE CON EL CORAZÓN DEL OTRO

Desde que regresé de mi maestría en Costa Rica, yo he buscado un trabajo fuera de Honduras. He aplicado a muchos lugares, en especial organismos internacionales como la ONU, BID, Banco Mundial, entre otras. Mi búsqueda del dichoso trabajo ha circundando en el tema de poder ir a ayudar a la población humana. Siempre me he imaginado siendo voluntaria ayudando a la gente más necesitada. Sin embargo, por X, Y o Z razón, la oportunidad nunca se ha dado. Nunca entendí por qué, hasta esta semana.

Hoy mi viernes va a un lugar oscuro. Creo que estos mismos siempre traen un mensaje esperanzador, un mensaje positivo, siempre imagino que ellos son como una explosión de colores que son nuestro sentimientos, pero el día de hoy es distinto. Mis sentimientos son de angustia, indignación y tristeza.

En esta última semana he podido observar cómo el ser humano puede volverse vil e insensible. He podido observar cómo se pueden juzgar las decisiones de los seres humanos sin tener ningún tipo de parámetro moral. Como un ser humano puede perder la empatía y la objetividad hacia un malestar que aqueja a miles. He podido ver que la verdadera miseria del ser humano radica en el corazón y podemos volvernos mezquinos de alma, pensamiento y espíritu.

Como muchos de ustedes, yo he seguido muy de cerca las caravanas de migrantes hondureños que van hacia el Norte. Muchos hondureños han dejado lo único que conocían como hogar, por una esperanza incierta, confiando simplemente que lo mejor esta por venir.

Desde el día sábado salió la primera caravana con un poco más de mil hondureños sin hacer distinción de edad, género o razas. En el primer momento en el que salió la caravana, los comentarios no se hicieron esperar. Todos teníamos un comentario. Todos teníamos un sentimiento, todos queríamos opinar. Habían unos a favor y otros en contra. Unos apoyando y otros juzgado.

Yo no vengo a decirles si está bien o mal, pero de lo que vengo a hablarles es de la empatía que deberíamos tener hacia nuestros hermanos hondureños. Cada vez que un desastre natural ocurre en alguna parte del mundo somos los primeros en solidarizarnos. Cada vez que vemos una zona de guerra, gente migrando o escapando, sentimos un gran pesar. Nos consolidamos y compenetramos con CUALQUIER causa. Compartimos todos esas imágenes desgarradoras, iniciamos cadenas de oración, y en fin, pareciera que fuéramos nosotros los que estamos experimentando ese dolor.

Imagen extraída de Notibomba

Sin embargo, ahora que vemos a nuestros compatriotas hondureños marcharse, dejarlo todo, emprender un camino incierto, los tildamos de “ridículos, haraganes e inconscientes”. Decimos que son personas cobardes que se van para ser una carga en otra parte. “Que si no progresan en su país, no van a progresar en ninguna parte, que si no se rebuscan aquí, qué se van a estar rebuscando afuera”.

Miren señores, solo porque lo queremos decir así, no lo hace cierto. No solo porque nosotros enfrentemos el problema de una manera distinta, no quiere decir que estas personas no sufran. No solo porque nosotros no lo queramos ver, no quiere decir que en Honduras no exista una ruptura social.

Me van a disculpar, pero esa gente que se fue no es ninguna cobarde como muchos la juzgan. Agarrar el valor de ir hacia lo desconocido, llevando a sus hijos de todas las edades, adultos mayores y lo poco que podían cargar, para mi es de valientes. Llegar a la conclusión de que no existe NADA que perder, JAMÁS es fácil y esta gente se dio cuenta de eso y decidió arriesgarse por algo diferente.

Imagen extraída de Notibomba

Esa “gente” no es cualquier “gente” es nuestra “gente”. Son personas que lucharon, buscaron, siguieron buscando y en lugar de ponerse en las calles a pedir decidieron buscar la oportunidad en otra parte.

¿Que es descabellado? ¡POR SUPUESTO QUE LO ES! Sin embargo, más descabellado sería quedarse a esperar de brazos cruzados a ver qué pasa.

Yo soy una hondureña orgullosa y he aprendido a amar a mi país en las buenas y en las malas. A resaltar lo bueno que tiene. A saber que Honduras es una tierra de oportunidades, de esperanzas y sueños. Honduras es una nación de gente trabajadora y luchadora, y por eso no me extraña que busquen otra oportunidad.

Muchos de los que hoy están leyendo este artículo jamás sabrán que es tener esa angustia de no tener absolutamente nada. De saber que no pueden darle a sus hijos casa, vestido y sustento. Simplemente sentirse desposeído de cualquier pertenecía, incluso hasta de la misma vida.

Entonces, si podemos sentir dolor, angustia, comprensión por otros seres humanos alrededor del planeta, pero no lo podemos sentir por nuestra gente, creo que entiendo porque se fueron.

El pueblo guatemalteco y el pueblo mexicano entendieron a cabalidad este sentimiento. Ofreciendo comida, refugio y ayuda a nuestro hondureños. El presidente electo de México incluso ha ofrecido visas de trabajo a nuestros compatriotas. Entonces, si los demás pueden entender, ¿Por qué nosotros no?

Yo entendí por qué mi tan soñado trabajo en cualquier parte problemática del mundo nunca apareció, porque tengo a suficientes personas a las cuales ayudar en mi país, en mi Honduras. Que solo porque estemos viviendo temporalmente en el Macondo de las calamidades, no quiere decir que no volverán los días hermosos donde lluevan pétalos de rosa amarillos. Yo no les pido que estén de acuerdo conmigo, pero que podamos ver con ojos de compasión y misericordia a ese millar de personas que abandonaron TODO en busca de una esperanza, en busca de un futuro mejor. Seamos los hondureños que sé que podemos ser apoyando a nuestra gente. Lleguemos a comprender que no todos pasamos las mismas miserias y que a veces lo único que queda es irse. Que el mundo no va a cambiar con nuestra opinión, pero si con el calor de nuestro corazón.

¡Feliz Viernes! 😔

0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page