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Amputados Mentales


Frida Kahlo era una mujer increíble. Cómo todos los seres humanos, tenía un lado oscuro y difícil. Aunque era una feminista aguerrida, su corazón siempre la traicionó con su amor tóxico por Diego Rivera. Sufrió mucho en la vida; sin embargo, hizo de la misma una gran obra de arte. Hoy por hoy sus pinturas son altamente cotizadas e invaluables, es un icono en mundo y creo que de alguna manera sus sentimientos palpados no solo en pinturas, pero si no en líneas, resultan increíbles.


Desde que contrajo polio a los seis años y luego sufrió un accidente fatal a los 18, sus piernas y pies flaqueaban. Tantos fueron los quebrantos de su piernas, que a medida pasaban los años le iban cortando los dedos. Finalmente, a los 47 años, debido a la gangrena que padecía, le amputaron su pierna derecha. Sus hazañas en la vida resultan ser mucho más asombrosas al saber que se sometió a más de 30 intervenciones quirúrgicas.


Una de sus frases más notables resulta al verse confrontada con la pérdida absoluta de su pierna: “Pies para qué los quiero, si tengo alas para volar”. Este escrito no trata de Frida ni nada por el estilo, pero si de esta memorable frase.

Perder una extremidad, como son las piernas o los pies, realmente resulta terrorífico. Saber que no nos podemos mover como usualmente lo hacemos, que nos falta una parte de nosotros, aparte de ser extremadamente doloroso, ha de ser totalmente traumatizante. Sin embargo, miles de personas pasan por esto y logran sobreponerse admirablemente y logran alcanzar grandes cosas, tal y como lo hizo Frida.

Me he dado cuenta que el mundo atraviesa por otro tipo de amputaciones, que lo peor de todo, resultan ser voluntarias y estas son las mentales. Hemos decidido dejar de pensar y acomodarnos a solo hacer lo que por instinto creemos que se debe hacer. Dependemos en gran manera de la tecnología y de los beneficios que esta brinda, pero si no logramos que algo salga con el “click” de un botón y requiere un poco más de nuestro pensamiento, nos cruzamos de brazos y decimos que no podemos. Nos acomodamos a simplemente no hacer las cosas o a que otros la hagan por nosotros. Vivimos en una dejadez permanente sin importarnos si podemos o no hacer algo.


Lo verdaderamente terrible de todo esto es que nosotros escogemos ser de esta manera. Escogemos ser “rencos” mentales a la espera de que alguien más nos resuelva todos nuestros problemas y haga lo que nos corresponde a nosotros. Nos volvemos acomodados con el simple hecho de decir “yo no puedo hacer eso”.


Poder o no hacer las cosas depende de nosotros, de nuestra actitud y las ganas que le pongamos a la vida. Sé que suena duro y puede que más de una vez hayamos caído en esta dejadez, pero realmente podemos hacer todo aquello que nosotros queramos y nos propongamos. Donde hay voluntad hay un camino. Trabajemos en nuestra voluntad, en nuestras ganas de salir adelante. Abramos nuestra mente a posibilidad de permitirnos hacer algo. De nada nos sirve estar completos de todas partes, si estamos deshabilitados mentalmente por nosotros mismos. Dejemos de ser amputados mentales.


Frida por mucho que amaba sus pies sabía que su éxito no dependía de ellos. Su mente, su fuerza y su voluntad eran las alas para alcanzar todo lo que ella quería. ¿Si tenemos ambos, por qué desperdiciarlos? Seamos personas de pies y alas a la vez.


¡Feliz Viernes!😊


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