¿Por qué haces esto?

Hace muchos años, cuando comencé a escribir El Viernes de Nicole, tuve muchos cuestionamientos de por qué lo hacía. Muchas personas me preguntaban: “¿Qué ganas?”, “¿No te da pereza?”, “¿Realmente cuántas personas te leen?”

Cuando la gente me hacía esas preguntas, sí tocaba algo dentro de mí en donde pensaba: “Bueno, ¿y qué les importa? No es como que son ellos, o que les quito algo, o que afecto sus vidas en algún sentido”. Evidentemente, nunca vociferé esto, pero sí lo pensé mucho. Después de muchos viernes escribiendo, la gente dejó de preguntar el “por qué” y simplemente leía lo que le parecía y compartía si le gustaba.

En ese momento, aunque creía que tenía el mundo resuelto, la verdad es que no tenía nada claro. Pero afrontaba con orgullo y valentía la tarea de exponer mis experiencias, con la esperanza de dejar una enseñanza positiva en cada persona que pudiera leer mi blog.

Después de todos los cambios que han habido en mi vida en los últimos tres años, en mi lucha por volver a comenzar el blog y pelear contra muchas ideas, recordé qué fue lo que me hizo escribir en un inicio: mi pasión por las letras y, definitivamente, las ganas de cambiar el mundo. Y lo que fue cierto hace tantos años, sigue siendo cierto hoy: amo escribir. Aunque ya no quiero cambiar al mundo entero, sí me interesa mucho ser mejor para Julián y para el mundo que él habitará.

Nunca imaginé que, después de tantos años y al reactivar mi escritura, surgieran otra vez las preguntas de “¿Por qué haces esto?”. En eventos formales, gente que no me conoce mucho se me ha acercado a preguntarme qué buscaba reactivando mi blog. Jamás pensé que tendría que pasar por los mismos cuestionamientos de hace diez años. Y la verdad, la mente es débil. Porque ya, más cansada, con más canas y muchos pendientes, te preguntas a vos misma: ¿vale la pena hacer esto?

De verdad, toma tiempo y energía, y definitivamente uno debe buscar lo que le dé paz y no estrés. Pero cuando se me volvió a preguntar: “¿Por qué someterme a todo esto de nuevo?”, sin ninguna duda en mi corazón respondí: “Porque amo esto. Y si hay alguna persona que lea y se sienta identificada, acompañada o que simplemente piense: ‘hay una loca que está ahí diciendo cosas’ y le dé risa, para mí, mi propósito ha sido cumplido”.

Las personas siempre te van a cuestionar por las decisiones que tomes. Pueden, claro, venir del corazón… pero a veces no. Decidir ir contra la corriente, amarrarte a tus creencias y saber que estás siendo valiente por llevar a cabo tu idea, tu pasión, sin importar lo que pase, eso, querido lector, es lo que vale la pena.

Ver materializados nuestros sueños, empujar la carreta por más cansados que estemos para lograr lo que nuestro corazón anhela, jamás será un desperdicio de tiempo.

Hoy te invito a pensar en todo aquello que apagaste, que dejaste a un lado por las dudas que otros plantaron en vos. Los locos, los que se atreven, cambian el mundo. No tengas miedo. Lo bueno raramente es fácil. Afrontá las percepciones, las críticas y todos esos comentarios con la convicción de que estás materializando tu pasión. Si no funciona, no importa: lo intentaste, y tu corazón jamás se va a preguntar: ¿qué hubiese pasado si lo hubiera hecho?

Esta escritora, con todo lo que cueste, con los comentarios positivos y negativos, con o sin apoyo, está lista para llevar a cabo su sueño. ¿Me acompañás?

Feliz sábado 😊